Esta carta del jefe indio al "hombre blanco", que le ofreció dinero por sus tierras, es una carta plagada de sensibilidad y amor por su tierra, su naturaleza, su pasado, presente y futuro intenta que el "hombre blanco" pueda enteder aunque sea sólo un poco el cariño que tiene por todo lo que le rodea, y recalca el poco valor que le damos a las cosas en nuestra vida.
Esta reflexión de nuestra tendencia antropocéntrica nos llevará a la destrucción tarde o temprano, pues nuestros recursos no son permanentes sino agotables y, ¿ qué somos nosotros sin la naturaleza?.
Sin ella no somos nada, y eso nos demouestra lo pequeños que somos comparados con su importancia en el mundo, y, aunque avancemos tecnológicamente será demasiado tarde, pues habremos destruido un mundo maravilloso.
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